Sal tibia en bolsita: alivio pélvico nocturno

Sal tibia en bolsita: alivio pélvico nocturno

Por la noche, cuando el mundo se calma, el cuerpo también quiere relajarse. Pero no siempre lo consigue. Entonces, un método tradicional viene al rescate: sal calentada en una sartén, envuelta en un paño y aplicada en el bajo vientre.
No se trata de fisioterapia. Se trata de calor. De un gesto. De atención. El cuerpo lo siente al instante. Especialmente en esa parte que suele olvidarse.
El calor se extiende lenta y suavemente. La tirantez desaparece. Aparece una sensación de amplitud. Y con ella, una ligera paz.
Puedes hacer esto todas las noches. Sin explicaciones. Y cada noche será un poco más profunda, un poco más cálida. Porque un cuerpo que recuerda el tacto no necesita nada más.

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