Todos tenemos algo similar en casa: una pelota tirada sin hacer nada. Pero puede ser una herramienta diaria para un reajuste profundo. Acuéstate boca arriba, coloca la pelota debajo de la zona lumbar, donde suele acumularse la tensión. Y no hagas nada. Simplemente, sé.
Los primeros minutos son incómodos. Pero no por dolor, sino porque el cuerpo no está acostumbrado a tal nivel de atención. Luego, calor. Después, relajación en la parte baja del abdomen. Después, una paz que se extiende en oleadas.
Esta simple acción te permite trabajar específicamente con esas zonas que normalmente se ignoran. Es decir, las que suelen estar “en silencio” ante la fatiga, la tensión y la pesadez.
La pelota es como una pequeña señal para el cuerpo: “Te veo”. Y cuando el cuerpo empieza a percibirla, se relaja no parcialmente, sino por completo. Y se libera.
Posted inCalma a través del cuerpo
Una pequeña pelota blanda debajo de la espalda baja: descarga puntual
